Los nativos digitales “serían aquellos consumidores y próximos productores de casi todo lo existe (y existirá), son jóvenes que están desplegando plenamente su aprendizaje en el entorno tecnológico cuya lengua materna es la de las computadoras, los videojuegos e Internet. Frente a ellos, los inmigrantes digitales serían aquellos nacidos con anterioridad a la era tecnológica pero que sienten fascinación e interés por la tecnología, habiendo experimentado un proceso de adaptación más lento y lineal.” (Cobo Romaní y Pardo Kuklinski, 2007:50)
Pero qué diferencias existen en estos grupos. Una de las mayores diferencias es la forma en la que se distribuye el conocimiento:
Si bien para las generaciones de inmigrantes digitales “el 'conocimiento es el poder', en el emergente mundo liderado por los nativos digitales 'el poder está en compartir el conocimiento'.” (Cobo Romaní y Pardo Kuklinski, 2007:50) Este no es un simple desvío en los hábitos y costumbres sociales, plantea un cambio de paradigma en la concepción del conocimiento que las sustenta y, como todo cambio, conlleva aspectos positivos y negativos.
Una de estas problemáticas circula al rededor de los derechos de propiedad en los formatos digitales. Quisiera hacer aquí algunas referencias al universo que frecuento, caracterizado por la interacción con diversas instituciones educativas. No es poco habitual que, como docentes, nos encontremos con trabajos monográficos que han sido íntegramente copiados desde Internet y presentados como propios. ¿Es que acaso los estudiantes no entienden que eso es ilegal? Pero que diferencia existe entre esto y la circulación de fotocopias, por las cuales el autor del texto original no recibe absolutamente nada. Intento mostrar aquí que los conflictos referidos a los derechos intelectuales no son nuevos y no se producen exclusivamente por la aparición de los medios digitales, que permiten duplicar casi cualquier cosa sin que la copia sea una versión de menor calidad que el original. Este escenario fue preparándose de manera paulatina, pero es en esta época en la que tomamos conciencia que nos encontramos en un punto de inflexión entre dos posturas antagónicas de propiedad de conocimiento. Un ejemplo de esta toma de conciencia es el surgimiento de Creative Commons:
"Éste es un proyecto sustentado en el ethos de la interactividad creativa y en donde se promueve compartir la creación individual o colectiva. La idea subyacente dirigida a facilitar estos procesos de licenciamiento es poder quebrar los rígidos términos del Copyright con el fin de facilitar la distribución y uso de contenidos dentro del dominio público (Creative Commons, 2006;Vercelli, 2004 y Córdoba, 2002)." (Cobo Romaní y Pardo Kuklinski, 2007:51)
La virtud de duplicación sin perdida respecto del original, que es inherente a los formatos digitales, es uno de los factores que impulsaron el aumento en los volúmenes de información que se encuentran a disposición de las masas. Este aumento permitió no sólo la copia indiscriminada, sino la modificación, adaptación o crecimiento de pequeñas ideas gracias a la idea de colaboración o hiperactividad de múltiples creadores, los cuales pueden agregarle aquello que consideran le faltaba a la idea que utilizaron como base para su producto final.
Esta idea no es nueva, es sólo una evolución de la cita textual que uno realiza en su trabajo. En lo que debe uno centrarse es en la ética de reconocer esa idea original y al autor de la misma, en la delicadeza de nombrar la fuente, el autor, la procedencia de ese texto, imagen o fragmento de código que he utilizado. Esta es una forma de agradecer al creador de la idea que tomamos, que es tan importante como nuestro pequeño grano de arena que complemente a la obra original (por lo menos desde nuestro punto de vista).
La gran diferencia entre nativos e inmigrantes digitales es que los primeros deben lidiar ahora (y más aún en el futuro) con inmensas mareas (o mejor dicho marejadas) de información. Sus estrategias deberán entonces formarse en la construcción de herramientas que le permitan una reflexión crítica de esta, para poder distinguir aquellas entradas que le sean necesarias, útiles o recreativas.
Pero además de todo esto, no poca importancia tiene el poder distinguir lo fidedigno de la fuente de esta información. Retomando lo que dijéramos en entradas anteriores en este Blog: "Todos tenemos algo para decir y está bien que existan los medios (como este Web log o Blog) para que 'eso que pensamos' pueda hacerse público. Reforzamos así la libertad de expresión. Sin embargo, esto no quiere decir que lo que pensemos sea importante para todos." (Laura, 2008)
El paradigma de esta generación de nativos digitales acarrea la inmensa responsabilidad de construir una conciencia crítica respecto de las fuentes de la información, así como la reflexión respecto de aquello que uno devuelve a la comunidad (virtual) y la pertinencia de aquello que libero de mi universo privado para el uso de "la red". El nativo digital es en pocas palabras el escritor, revisor y editor de su propia vida, ya no sólo en cuanto a lo "privado" si no también en cuento a lo público y lo que es el emergente de esta nueva etapa: lo colaborativo.
Referencias:
Cobo Romaní, Cristóbal;Pardo Kuklinski, Hugo. (2007) Planeta Web 2.0. Inteligencia colectiva
o medios fast food. Grup de Recerca d'Interaccions Digitals, Universitat de Vic. Flacso México. Barcelona / México DF.
Laura, Lisandro (2008) "El filósofo Feinmann afirma: 'En Argentina no hay pelotudo que no tenga un blog'" visitado el 28/06/08 en http://lapraxis-com-ar.blogspot.com/2008/05/el-filsofo-feinmann-afirma-en-argentina.html
Pero qué diferencias existen en estos grupos. Una de las mayores diferencias es la forma en la que se distribuye el conocimiento:
Si bien para las generaciones de inmigrantes digitales “el 'conocimiento es el poder', en el emergente mundo liderado por los nativos digitales 'el poder está en compartir el conocimiento'.” (Cobo Romaní y Pardo Kuklinski, 2007:50) Este no es un simple desvío en los hábitos y costumbres sociales, plantea un cambio de paradigma en la concepción del conocimiento que las sustenta y, como todo cambio, conlleva aspectos positivos y negativos.
Una de estas problemáticas circula al rededor de los derechos de propiedad en los formatos digitales. Quisiera hacer aquí algunas referencias al universo que frecuento, caracterizado por la interacción con diversas instituciones educativas. No es poco habitual que, como docentes, nos encontremos con trabajos monográficos que han sido íntegramente copiados desde Internet y presentados como propios. ¿Es que acaso los estudiantes no entienden que eso es ilegal? Pero que diferencia existe entre esto y la circulación de fotocopias, por las cuales el autor del texto original no recibe absolutamente nada. Intento mostrar aquí que los conflictos referidos a los derechos intelectuales no son nuevos y no se producen exclusivamente por la aparición de los medios digitales, que permiten duplicar casi cualquier cosa sin que la copia sea una versión de menor calidad que el original. Este escenario fue preparándose de manera paulatina, pero es en esta época en la que tomamos conciencia que nos encontramos en un punto de inflexión entre dos posturas antagónicas de propiedad de conocimiento. Un ejemplo de esta toma de conciencia es el surgimiento de Creative Commons:
"Éste es un proyecto sustentado en el ethos de la interactividad creativa y en donde se promueve compartir la creación individual o colectiva. La idea subyacente dirigida a facilitar estos procesos de licenciamiento es poder quebrar los rígidos términos del Copyright con el fin de facilitar la distribución y uso de contenidos dentro del dominio público (Creative Commons, 2006;Vercelli, 2004 y Córdoba, 2002)." (Cobo Romaní y Pardo Kuklinski, 2007:51)
La virtud de duplicación sin perdida respecto del original, que es inherente a los formatos digitales, es uno de los factores que impulsaron el aumento en los volúmenes de información que se encuentran a disposición de las masas. Este aumento permitió no sólo la copia indiscriminada, sino la modificación, adaptación o crecimiento de pequeñas ideas gracias a la idea de colaboración o hiperactividad de múltiples creadores, los cuales pueden agregarle aquello que consideran le faltaba a la idea que utilizaron como base para su producto final.
Esta idea no es nueva, es sólo una evolución de la cita textual que uno realiza en su trabajo. En lo que debe uno centrarse es en la ética de reconocer esa idea original y al autor de la misma, en la delicadeza de nombrar la fuente, el autor, la procedencia de ese texto, imagen o fragmento de código que he utilizado. Esta es una forma de agradecer al creador de la idea que tomamos, que es tan importante como nuestro pequeño grano de arena que complemente a la obra original (por lo menos desde nuestro punto de vista).
La gran diferencia entre nativos e inmigrantes digitales es que los primeros deben lidiar ahora (y más aún en el futuro) con inmensas mareas (o mejor dicho marejadas) de información. Sus estrategias deberán entonces formarse en la construcción de herramientas que le permitan una reflexión crítica de esta, para poder distinguir aquellas entradas que le sean necesarias, útiles o recreativas.
Pero además de todo esto, no poca importancia tiene el poder distinguir lo fidedigno de la fuente de esta información. Retomando lo que dijéramos en entradas anteriores en este Blog: "Todos tenemos algo para decir y está bien que existan los medios (como este Web log o Blog) para que 'eso que pensamos' pueda hacerse público. Reforzamos así la libertad de expresión. Sin embargo, esto no quiere decir que lo que pensemos sea importante para todos." (Laura, 2008)
El paradigma de esta generación de nativos digitales acarrea la inmensa responsabilidad de construir una conciencia crítica respecto de las fuentes de la información, así como la reflexión respecto de aquello que uno devuelve a la comunidad (virtual) y la pertinencia de aquello que libero de mi universo privado para el uso de "la red". El nativo digital es en pocas palabras el escritor, revisor y editor de su propia vida, ya no sólo en cuanto a lo "privado" si no también en cuento a lo público y lo que es el emergente de esta nueva etapa: lo colaborativo.
Referencias:
Cobo Romaní, Cristóbal;Pardo Kuklinski, Hugo. (2007) Planeta Web 2.0. Inteligencia colectiva
o medios fast food. Grup de Recerca d'Interaccions Digitals, Universitat de Vic. Flacso México. Barcelona / México DF.
Laura, Lisandro (2008) "El filósofo Feinmann afirma: 'En Argentina no hay pelotudo que no tenga un blog'" visitado el 28/06/08 en http://lapraxis-com-ar.blogspot.com/2008/05/el-filsofo-feinmann-afirma-en-argentina.html
Nativos vs. Inmigrantes Digitales (Estrategias y problemáticas de un cambio). by Laura, Lisandro is licensed under a Creative Commons Reconocimiento 2.5 Argentina License.
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