miércoles, 15 de octubre de 2008

Redes inteligentes y conductas emergentes.

"¿Qué ocurre cuando los individuos de un grupo bien coordinado son criaturas más inteligentes que otros organismos más simples, como los insectos o los pájaros? ¿Cómo despliegan los humanos la conducta emergente?"(Rheingold, 2003:45)
 
En la actualidad hemos sido y somos testigos de hechos que responden a estas preguntas y lo triste es que no todo lo que reluce es oro. ¿Cómo se genera la confianza? ¿Cómo ganamos reputación? ¿Quién es el que la asigna? ¿Cómo?...
Los recientes acontecimientos de la orbita de lo finaciero, en particular la caída de los mercados, es un ejemplo de esto. Por diversos motivos, que no son pertinentes a abordar en este texto, la confianza en un sistema financiero "dominante", como el de Estados Unidos, es traicionada por una pérdida estrepitosa de reputación. La consecuencia directa de esto fue la merma de confianza en resto de los mercados, debido a las redes que enlazan las diversas empresas a nivel global. El contagio es inmediato, vertiginoso y sus dimensiones impensadas. "Las epidemias repentinas de cooperación no son necesariamente experiencias agradables. Bandas de linchadores, y a veces países enteros, cooperan para perpetrar atrocidades." (Rheingold, 2003:43)
Pero este contagio también funciona a la inversa. Tras una fila interminable de anuncios de diversos mandatarios del "primer mundo" nada parecía poder revertir el escenario cada vez más establecido. En este nuevo imperio del Rey Sol, en donde los mercados nunca duermen, bastó para que un buen día (14 de octubre del 2008), en el imperio del sol naciente, las bolsas amanecieran de buen humor. Esto parece haber sido como la primer ficha de un juego de dominó, que cae para comenzar una reacción en cadena: las economías, que seguían en orden a la apertura de sus mercados, se contagiaron del gesto de confianza y culminaron así con la saga de "lunes negro"...
"«Ostrom averiguó que cierto tipo de sistema para controlar y sancionar las acciones de los miembros es un rasgo común a todas las comunidades bien organizadas. El control y la sanción son importantes no sólo para castigar a los infractores, sino también para que todo el mundo esté seguro de que los demás cumplen su parte. Muchos miembros son cooperadores contingentes, dispuestos a cooperar mientras lo haga la mayoría»" (Rheingold, 2003:7)

Pareciera que jugáramos al dilema del prisionero, pero en este caso a una escala global. El único problema es que la mayoría de nosotros observamos desde la periferia como en los núcleos de poder se manipula esta vorágine informativa-económica-comunicacional sin posibilidad alguna de interferencia dentro del campo de juego.
¿o esto no es así en lo absoluto?
"«Llegué a comprender —me dijo Kortuem— que lo más interesante no es la tecnología de una aplicación especializada en un centro de trabajo, sino lo que sucede cuando la gente corriente tiene posibilidad de utilizar esta tecnología y qué efectos se derivan cuando ésta penetra en la sociedad»"(Rheingold, 2003:43) 

Referencias
Rheingold, Howard (2003) Multitudes inteligentes. La próxima revolución social. Barcelona, Gedisa, 2004.
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